La publicidad institucional en Capital Federal

Desde el primer momento que aterrize los mupis que inundan las calles captaron toda mi atención. No había grandes vallas de publicidad exterior, en su lugar se disponen mupis como cada 100 metros. Pensé que era un soporte nacionalizado porque únicamente había publicidad institucional. En realidad son de un exclusivista pero debido a la situación de crisis por la gripe A tuvieron que adquirir estos espacios casi en su totalidad.

La oferta teatral es inmensa, hay 400 espacios. Es la 2º ciudad con tanta oferta, la primera es Londres. Mientras en México por la Gripe se paralizó la ciudad en Argentina solo se cerraron los teatros, algo ineficaz ya que restaurantes y locales de ocio nocturno permanecieron abiertos.

Teniendo en cuenta el modelo de negocio del espectáculo teatral el daño fue terrible. Hay diferentes modelos pero los más perjudicados son aquellos que adquirieron los derechos de difusión en el teatro a precio cerrado esperando una llegado de espectadores que no llegaron.

Les muestro el aviso cuya finalidad era informar de la reanudación de los espectáculos teatrales de una ciudad que sin teatro no se siente ciudad. Con un telón comienza la obra.

Siguiendo con la oferta cultural ahora  se está desarrollando el mundial de Tango. La sutileza del ad que lo publicita es digno de pararse a observarlo. El negro y el amarillo que son los colores más efectivos en publicidad, el acordeón del colectivo en concordancia con el instrumento principal del tango, el juego de palabras de SUBITE y SUBTE por el transporte público… y además lo adapta al target utilizando esa peculiar forma de conjugar los verbos en Argentina. Evidencia el trabajo y la coordinación de planner y creativo.

Caídos del cielo de Paloma Pedrero

El sábado fui a ver Caídos del cielo de Paloma Pedrero. Lo único que sabía es que era algo similar a un taller en el cual actuaban personas que habían sido indigentes. Me parecía interesante y había una buena oferta en Atrápalo.

Desde el primer momento me enganchó. La obra empieza con un monólogo increíble sobre el ser y el tener. Y es que no hace falta irnos a la comparación entre el mundo desarrollado y el mundo en vías de desarrollo para ver como el consumo pone en relación a la ciudadanía con el poder económico.

Es cierto que existen múltiples razones para que una persona llegue a ser homeless y no estoy aquí para juzgarlo. Nunca he entendido como una persona que vive en España, en Europa, en el mundo desarrollado no logra introducirse en el mundo laboral y conseguir una vida digna, hasta hoy. ¿Qué es una vida digna? ¿Qué es lo normal, lo que se espera de uno?

En la sociedad en la que vivimos se espera que consigas un trabajo, una posición social, una casa, un coche, unas vacaciones… Es decir que tengas, no que seas. Mientras que para un mendigo la supervivencia es el leit motiv para el resto es el lujo. Se enfrenta un sueño inalcanzable con el deseo accesible.

Lo que más me hizo reflexionar fue el despertar, uno de los actores decía que mientras el resto tiene un techo de escayola ante el que se despierta cada día, él se despertaba con el cielo. Un cielo increíble y diferente cada día.

Cómo las sociedades son tan complejas en la sociedad que conviven la protosociedad, el trueque de los indigentes, con el valor signo por el que luchamos el resto.

A través del metateatro o teatro dentro del teatro se cuentan diversas historias que ilustran como se llega a ser un «sin hogar». La historia principal es la de la mendiga que fue quemada viva en el cajero por unos adolescentes, pero todas ellas producen una reflexión que no dejó indiferente a nadie.

Caídos del cielo es una ONG en la que se puede participar. Toda la información está aquí.