La moda no es simplemente el pret-a-porter, los perfumes, los accesorios… lo que se define como triple posicionamiento, sino que se fundamenta en un estilo de vida, una forma de comportarse, de moverse, de relacionarse.
Cuando, por ejemplo, Veblen explica la clase ociosa y su derroche ostensible se entiende la moda desde la imitación y la diferenciación de clase. La clase media imita a la clase alta intentando sentirse aceptada y aspirando a un ascenso en la escala social.
Simmel comparte una visión de la moda muy similar ya que afirma que la moda es como un escaparate donde las personas se diferencian. Asimismo, introduce el concepto trickle-down theory que se explica como una difusión de la moda dentro de una jerarquía vertical.
La publicidad abusa de esto continuamente, por ello utiliza lo que entenderíamos por clase ociosa actualmente como prescriptores de sus anuncios:
Bourdieu además en el libro La Distinción, dónde relata la sociedad francesa de la década de los 70, introduce conceptos como el habitus o los campos. Pero lo que más curiosidad me causó es como aborda el concepto de gusto. Como el gusto nos dirige hacia un determinado consumo y esto nos identifica y nos diferencia.
Todos estos autores, en líneas generales, defienden una única moda. Pero en la actualidad no podemos afirmar tal cosa, ya que estamos ante una sociedad en la que se desarrollan numerosas modas.
Mientras que los autores de la posición ideológica defienden el consumo jerárquico actualmente se consumo por placer, comodidad… Ya no se habla de distinción sino de individualismo. El estatus símbolo que se difundía con el derroche ostensible, no tiene nada que ver con el estilo símbolo. Los consumidores reivindican su posición como individuos, se hace hincapié en los espacios privados y también en la opción de elegir un estilo de vida que no esté impuesto únicamente por las clases altas.
Aunque desde la postura de la postmodernidad se defienda el individualismo, autores como Maffesolí en su libro Las tribus hace una interesante objeción: una vez el individuo se introduce en el grupo (tribu) se le reconoce por ello no por su condición de individuo. Esto es de una importancia vital para la publicidad, no se puede seguir desarrollando estrategias creativas con un target definidito por características sociodemográficas. Es imprescindible atender al estilo de vida del público objtivo.
En su último libro, Lipovetsky nos muestra una sociedad decepcionada: por la política, la educación, la política social… Incluso llega a insinuar que esta decepción se ha llenado con un culto al consumo, con un consenso que permite gastar, siempre enfocado hacia el placer que produce esta actividad. Este consenso, afirma, ha sido difundido por los medios: la publicidad, la moda, los mass media y el crédito. Nos encontramos en una sociedad en la que gracias al crédito el deseo es alcanzable.
En lo que más discrepo con los autores de la postmodernidad es que se ha superado el consumo-para-que-nos-vea-el-otro y se ha alcanzado el-consumo-para-uno-mismo. Por muy formado que esté el consumidor, que adquiera los productos con conciencia social… el consumo sobre todo de moda está basado en la identificación y la diferenciación.
En este sentido la moda genera esclavitud. La moda nos diferencia a unos individuos de otros, en el momento en que la elite es imitada por la masa, la primera cambia. Los bienes se convierten en posicionales
¿Cuál es vuestra visión de la moda? Esclavitud, diferenciación, lujo…